El avance tecnológico y el entorno cambiante en el que nos encontramos, hace que las empresas se vean obligadas a innovar y adaptarse a la situación actual. Esta innovación se traduce en un aumento de conocimiento por parte de los miembros de la organización, generando así necesidades de formación.
La formación corporativa se ha convertido en una inversión para la empresa, ya que consigue aumentar la productividad de la plantilla y optimizar y mejorar los procesos internos. Pero, cierto es que muchas empresas tienen dificultades a la hora de determinar qué proyecto formativo impartir entre sus trabajadores. Por ello, siguiendo con las pautas dadas en el post para implantar estrategias de aprendizaje digital en la empresa, vamos a establecer los aspectos básicos para conocer cuáles son las necesidades formativas de la organización y no incurrir en costos por formación corporativa ineficiente.
¿CÓMO DETERMINAR LAS NECESIDADES FORMATIVAS DE LA EMPRESA?
La detección de las necesidades de formación en la empresa se debe llevar a cabo mediante un proceso de investigación que nos permita conocer cuáles son las carencias que presenta un trabajador y que impide que este desempeñe satisfactoriamente sus diferentes funciones.
Una de las herramientas más utilizadas para determinar estas carencias es el “inventario de necesidades formativas”, el cual se lleva a cabo mediante los siguientes medios:
Evaluación del desempeño. Nos permite conocer cuáles son los empleados que no alcanzan los niveles de satisfacción establecidos en el desarrollo de sus tareas. Así logramos identificar cuáles son los sectores de la empresa que necesitan la atención de los responsables de formación.
Observación. Se analizará dónde se ha producido un trabajo ineficiente, como por ejemplo retrasos en procesos, falta de organización en el equipo, errores en proyectos…
Cuestionarios. Se analizarán las necesidades formativas mediante cuestionarios a los empleados de la organización.
Solicitudes y entrevistas con altos cargos. Cuando las necesidades de formación se extienden hasta altos niveles, los cargos directivos son los que solicitan la capacitación para sus empleados. Además, el contacto directo y entrevistas con altos cargos de los diversos sectores, permiten descubrir cuáles son los principales problemas solucionables con formación.
Reuniones interdepartamentales. Todas ellas en materia de asuntos relacionados con el alcance de objetivos, planes operativos para alcanzarlos…
Exámenes de la plantilla. Se examinará a los diferentes empleados que realizan determinadas tareas, evaluando los resultados de las pruebas.
Cambios en el trabajo. Introducir modificaciones en la rutina laboral hace imprescindible capacitar previamente a los empleados para que puedan enfrentarse satisfactoriamente a los nuevos métodos y procesos.
Conversación a la salida de los trabajadores. La salida de un trabajador de la empresa supone un momento perfecto para conocer su opinión acerca de la empresa y los aspectos que propiciaron su salida. Esto puede hacer que se conozcan deficiencias que no se habían contemplado antes con el fin de corregirlas.
¿CUÁLES SON LOS OBJETIVOS DE LA FORMACIÓN PARA LA EMPRESA?
- Mejorar aptitudes que permita a la plantilla realizar tareas específicas.
- Aumentar las oportunidades para conseguir el desarrollo de los empleados en sus puestos actuales y futuros.
- Modificar la actitud y el comportamiento de los trabajadores fomentará la mejora del clima laboral, consiguiendo un entorno de superación más motivador.
- Crear una plantilla polivalente facilitando la movilidad tanto horizontal como vertical.
¿QUÉ OCURRE SI NO ELEGIMOS LA FORMACIÓN CORPORATIVA CORRECTA?
Cuando no se detecta correctamente la necesidad formativa y el programa no se orienta a satisfacer los objetivos que hemos establecido, entonces la inversión en formación puede afectar negativamente al resultado final. Estos son los principales costos de una formación ineficaz para los trabajadores:
Baja productividad
Los contenidos más dinámicos, atractivos e interactivos para la formación de los empleados generan una mayor productividad que aquellos que resultan más monótonos y tediosos. El motivo es sencillo: el aprendizaje monótono no involucra al alumno, provocando en él gran desmotivación y pudiendo este retroceder en las tareas que ya desempeña, mientras que el aprendizaje inmersivo facilita el proceso formativo. Así pues, los empleados se vuelven más productivos, los costes laborales se reducen y la empresa se vuelve más rentable.
Baja eficiencia
Una estrategia formativa bien diseñada otorga a los empleados nueva información y herramientas que les permitirán ser más eficientes en el desempeño de sus tareas. De este modo, se sentirán más apreciados y valorados, logrando un empleado leal.
Por el contrario, una estrategia formativa ineficaz hace que los empleados no reciban información de valor, permaneciendo intacto su flujo de trabajo, y por ende, la eficiencia del trabajo sigue siendo la misma.
Altas tasas de rotación
Hoy en día, hay un gran número de empresas que tienen una alta tasa de rotación de empleados. Cuando esta tasa no está bajo control, el dinero que gasta contratando y formando al nuevo personal acaba resultando perjudicial para la empresa. De este modo, una correcta elección del programa formativo para los trabajadores genera en la plantilla una mayor satisfacción laboral y por lo tanto, una mayor lealtad a la empresa.
Mal servicio al cliente
Es una realidad universal que un trabajador insatisfecho brinda un mal servicio al cliente. Esto se debe a una falta de apoyo laboral, brechas de conocimiento y rendimiento y falta de retos laborales. Si a esto se le suma un incorrecto programa formativo, posiblemente se habrá ocasionado el mayor caos.
Por este motivo, proporcionar a la plantilla una correcta formación provoca una mayor felicidad en el trabajador en el desempeño de sus tareas, ofreciendo así un mejor servicio al cliente. En otras palabras, involucrar a los trabajadores en programas formativos de alto valor aumenta la confianza y motivación de los mismos, solucionando los diferentes problemas derivados del servicio al cliente.
Baja calidad
Cuando no se lleva a cabo una correcta elección del programa formativo, todos los departamentos de la empresa se ven afectados. Esto se traduce en una reducción de la calidad de los diferentes productos y servicios, repercutiendo considerablemente en la percepción de los clientes. Todo ello, repercutiendo en el balance final de la empresa.
EN RESUMEN
La mala elección del programa formativo para los empleados conduce a una baja productividad, ineficiencia, mal servicio al cliente, alta rotación de personal y productos y servicios de baja calidad. ¿La solución? Analizar minuciosamente las estrategias de aprendizaje seleccionando aquella que más beneficie a los trabajadores y a la empresa.
Si quieres saber más acerca de las necesidades formativas de tu empresa y conocer cuál es el proyecto que mejor se ajusta a su plantilla y organización, no dudes en contactar con nosotros.